Y no es que sea un expediente X ni que los informáticos cuando se jubilan se escondan en la vieja madriguera del sotobosque –Félix R. de la Fuente dixit-, es una simple cuestión matemática.
Las facultades comenzaron a inundar el mercado de licenciados en informática –hoy ingenieros- a finales de los años 70 o principios de los 80 según de qué universidad se trate. En ese momento, las grandes corporaciones y administraciones públicas comenzaban a mecanizar sus procesos mediante las TIC y el mercado absorbía toda la oferta existente de profesionales.
Esos ilusionados muchachos tienen hoy entre 55 y 60 años. Es decir, están a entre cinco y diez años (si nadie lo remedia) de comenzar una nueva y presumiblemente menos estresada vida.
Esta irrupción en el mercado de la rara avis de los “informáticos jubilados” tendrá algunas consecuencias que merece la pena analizar.
Cambia el perfil del profesional
Fuente: http://alumni.eside.deusto.es/orlas/ |
Sin embargo, hace ya mucho tiempo que la disponibilidad de máquina no es un problema. Cualquier profesional o aficionado tiene en su casa la capacidad de cálculo suficiente para plantear la aplicación que desee, por intensivo que sea el proceso. Quizá por eso, la fase de análisis puede ser en cierto modo relegado frente a una mayor presencia del ensayo-error. De hecho, las fronteras entre analista, analista-programador y programador son cada vez más difusas.
No digo que ahora se hagan mejor las cosas, tampoco lo contrario, pero sí creo que el perfil del profesional ha cambiado, pasando de una necesidad de análisis sin ambigüedades, un requisito grabado a fuego en estos profesionales, a un modelo mucho más basado en el ensayo-error y el diseño basado en prototipos. Nota: lo sé, generalizar acarrea errores.
El ideal es aprovechar estos años de convivencia generacional y llegar a conjugar lo mejor de los dos tipos: garantizar que todo el conocimiento funcional adquirido durante los últimos 30 años no se pierda y que las plataformas tecnológicas evolucionen acorde a los tiempos.
Evolución de las tecnologías en los datacenters
Una nueva verdad científica no suele imponerse convenciendo a sus oponentes sino más bien porque sus oponentes desaparecen paulatinamente y son sustituidos por una nueva generación familiarizada desde el principio con la nueva verdad, Max Planck.
Es previsible pensar que algunas tecnologías que llevan años fuera de las facultades y que como norma no han sido incorporadas en las empresas creadas en los últimos diez o quince años, puedan comenzar un suave, o tal vez no tan suave, declive.
Los datacenters de las grandes compañías y administraciones públicas, justamente las que comenzaron con la informática a principios de los años 80, están plagadas de tecnologías que no son de aplicación cuando a alguien le plantean montar un sistema informático desde cero. No hay por qué dar nombres para no herir la sensibilidad de los fabricantes pero está claro de qué tecnologías se está hablando.
Hasta hoy estas tecnologías sobreviven, y en algunos casos de forma realmente cómoda, porque sus protectores están al pie del cañón. Pero cuando estos profesionales comiencen a desaparecer la situación de estas plataformas se volverá mucho más precaria. Parece razonable pensar que habrá movimientos en favor de tecnologías lideradas por las nuevas hornadas de profesionales.
¿Hay que preocuparse por esta evolución?
Personalmente creo que no. Simplemente hay que entender el problema y plantear la evolución con el tiempo necesario y suficiente. Los sistemas corporativos de los datacenters no evolucionan en términos temporales de meses sino de años; hay que preparar la transición con el tiempo necesario para no caer en las prisas de última hora cuando algo que puede hacerse mediante un cambio suave evolucione a una transición brusca y traumática.
Probablemente habrá muchas más cosas que cambiarán derivadas del primer relevo generacional del sector como, por ejemplo, que habrá quien aproveche el momento para flexibilizar la estructura salarial de las empresas (¡toma eufemismo!).
¿Cuál se te ocurre?
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