Esa es la cifra de volumen de negocio y empleo que, según el Proyecto Aporta, generó durante 2010 el sector infomediario, entendiendo como tal al conjunto de empresas que generan aplicaciones, productos y/o servicios de valor añadido destinados a terceros a partir de la información del Sector Público.
Es decir, empresas que basan su modelo de negocio en información proveniente de modelos open data, de la apertura de datos públicos regulada por la Ley 37/2007.
Situación actual de los planes open data
Hay una enorme cantidad de planes para abrir los datos públicos, casi tantos como Administraciones, y en muchos de los casos el modelo se basa en la creación de un portal adhoc que sirva como repositorio de los datos públicos en el ámbito de actuación de la Administración que lo pone en marcha.
Se trata de construir una aplicación -un portal de open data- que recolecte periódicamente la información desde el origen y la publique para su consumo por ciudadanos y empresas. Es una especie de agregador de noticias pero con información pública.
En este modelo la información no se consume directamente de la fuente primaria -es una copia de la información original- lo que, sin duda, no incide muy positivamente en la calidad del dato. Además, el trasiego de datos genera costes extras a la Administración, tanto para el paso periódico de datos en sí como para la adaptación de las interfaces cada vez que cambian las aplicaciones o bases de datos de origen. Eso, en el mejor de los casos en el que hay una fuerte coordinación interna en la Administración y el responsable del portal de open data es informado de que los datos de origen han cambiado -en calidad o formato-.
Un nuevo modelo low cost de dato abierto
La tecnología nos brinda la capacidad de hacer aplicaciones internas -de intranet- que a la vez pueden tener una cierta capacidad de visibilidad externa en Internet. ¿Y si se diseñasen las aplicaciones de la Administración de forma que expusieran los datos públicos por sí mismas? Con ese modelo, no harían falta los portales de open data porque todas las aplicaciones internas de la Administración expondrían su información (obviamente, solo la que sea pública).
De hecho, bien pensado, los servicios web (o el mecanismo que se determine para compartir la información) podrían reutilizarse de la base de los que la Administración ya está obligada a implementar para la interoperabilidad con otras Administraciones, siempre con las debidas cautelas de protección de la información, como es lógico.
Se obtendrían dos ventajas muy importantes.
- Las administraciones públicas harían lo que Google denomina dog fooding, esto es, comerse su propia comida para perros. Si el dato no tiene utilidad para el consumo interno de la propia Administración, bien por el dato en sí o bien por el formato en el que se sirve, es más que discutible que el dato tenga validez para terceros.
Hace unos días releía un interesante artículo de un colega que decía, aunque en otro contexto, lo siguiente: cuando decides dejar de hacer, y dedicarte sólo a pensar cómo se hacen las cosas, pronto descubres que la mejor forma de pensar es haciendo y si olvidas cómo se hace, pronto olvidas cómo se piensa. Si quien sirve el dato no es a su vez consumidor es enormemente complejo que lo sirva en un formato adecuado, simplemente porque no se sufrirá a sí mismo. De hecho, no cuesta demasiado encontrar portales públicos de open data con datasets que parecen estar pensados únicamente para hacer ruido mediático y llenar el portal y no para ser reutilizados.
- Aumentaría la eficiencia y la calidad del dato ya que no habría copias de datos a terceros portales. El dato vendría en tiempo real de la aplicación interna de gestión por lo que, por pura necesidad de la Administración, el dato sería siempre cierto y el modo de generación sería el más eficiente posible.
Este punto es especialmente importante ya que cuando los presupuestos para el desarrollo y mantenimiento de aplicaciones se recortan es probable que lo primero que se caiga sean las aplicaciones que no son core para el funcionamiento interno de la Administración. Las aplicaciones de open data estarán en el punto de mira para el recorte lo que provocará una espiral de desconfianza: ninguna empresa infomediaria en su sano juicio diseñará un modelo de negocio sobre información que podrá estar o no estar disponible de forma discrecional.
Sin embargo, si la aplicación interna de gestión y la de open data son la misma no habrá presupuesto extra para su mantenimiento. El dato siempre estará disponible y al día sin coste adicional.
El objetivo del open data
La Administración debería centrarse mucho más en compartir toda la información pública disponible (tiene mucha en cantidad y calidad) y no tanto en la creación de portales para su publicación. Fundamentalmente, porque lo relevante es abrir cuanta más información mejor y no que ésta sea publicada en el portal de tal o cual Administración.
Nadie más que la Administración puede hacer pública su información pública (obvio) pero cualquiera puede hacer -incluso los propios infomediarios- portales de integración. Es más, Google -y otros- demuestran una vez tras otra que son mejores agregadores de información que la más eficiente de las Administraciones que pueda imaginarse.
Entonces, ¿por qué empezar la casa por el tejado anunciando portales de open data a bombo y platillo?
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