No es el mercado de los sistemas operativos de escritorio, ni el de los teléfonos móviles y tabletas, ni el del software ofimático. Tampoco el de los buscadores y redes sociales. Y sin duda, tampoco el de la venta de contenidos online y la creación de marketplaces,...
Las tres compañías están de acuerdo en su deseo de modificar las condiciones para determinar la validez de una patente. La razón para ello es que la Corte Suprema de los Estados Unidos ha fallado recientemente a favor de una pequeña compañía canadiense (i4i) en su demanda contra Microsoft, imponiendo una multa de 200 millones de euros por infringir una de sus patentes. Apple y Google han apoyado a Microsoft durante todo el proceso ante la posibilidad de ser ellos los siguientes en ser demandados.
En el año 2010 se solicitaron cinco veces más patentes que en 1980.
Enlace de Interés: U.S. Patent Statistics Chart
La patente en cuestión es absolutamente peregrina ya que no está precisamente relacionada con un gran avance tecnológico. Es un simple editor de etiquetas XML, algo que Microsoft incluyó en Word 2003 y descontinuó en versiones siguientes.Enlace de Interés: U.S. Patent Statistics Chart
Es más que probable que Michel Vulpe, el fundador y dueño de i4i, jamás soñase con obtener tanto rendimiento de tan poco desarrollo.
Patentando lo inimaginable
El problema es que la vorágine de registro de patentes es tal que es ya casi imposible patentar algo que no haya sido patentado previamente (en todo o en parte) por alguna otra compañía.
Por dar algunos números, en 1980 la Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos aceptó 112.379 solicitudes. En el año 2010, apenas 30 años después, la cifra ascendió a 520.277 patentes.
Y como podría esperarse, las compañías de TI están muy bien posicionadas en el top 50 de número de patentes. De hecho, viendo algunas de ellas cuesta creer que con tantas patentes registradas sean capaces de tan poca innovación real (la que perciben los usuarios).
Para comprender esa disfunción habría que interpretar qué entiende cada compañía como avance tecnológico digno de ser patentado. Y en eso, el que no corre vuela.
Por ejemplo, está patentado el proceso (no la tecnología sino la descripción del proceso en sí) de cierre de un sistema operativo. Es decir, la sucesión de cosas que deben ocurrir para concluir con éxito el apagado de un ordenador. Y esa descripción de procesos se realiza al nivel de conceptos tal que "enviar una señal a cada aplicación para que se cierre y si no se cierra voluntariamente forzar su cierre".
Patentando avances a ese nivel es absolutamente imposible no tener litigios ya que cualquiera que plantee hacer un sistema operativo haría exactamente eso mismo.
Por eso no debe sorprender que haya tantas demandas cruzadas por utilización indebida de patentes:
- Apple contra Samsung, Nokia y HTC
- Nokia contra Apple, Sharp, LG, Toshiba, Hitachi y QualComm
- Samsung contra Apple
- Microsoft contra Motorola y Android
- RIM contra Motorola y Sharp
- LG contra Sony
- ...
Todos tienen razón porque todos son culpables. Plantean patentes a un nivel tan poco detallado que permite posteriormente hacer cualquier tipo de interpretación. ¡Si hasta el doble clic de ratón está patentado!
El caso de i4i pone de manifiesto como una pequeña compañía, jugando al mismo juego que los grandes proveedores de TI, puede plantearles graves perjuicios económicos al demandarles (y ganarles) por cuestiones absolutamente banales y sujetas a interpretación.
De fondo, está la capacidad que tienen las pequeñas compañías para innovar frente al aluvión de patentes de todo lo imaginable y parte de lo inimaginable.
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