La economía del regalo



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La explosión de la burbuja de las '.com' a finales del siglo pasado y la debacle del concepto de Nueva Economía como un cambio en la estructura económica que supuestamente permitiría ser inmune a los ciclos macro-económicos, ha provocado que durante los últimos años todos los analistas hayan sido especialmente cautos a la hora de hablar de las ventajas de los modelo económicos nacidos a la sombra de Internet.

Sin embargo, estos cambios son en muchos casos no grandes sino realmente descomunales. No ya en la optimización de costes de diseño, fabricación, logística, venta, marketing,... que permite Internet -sobre eso creo que nadie discute las ventajas- sino en la forma misma de concebir algunos modelos de negocio.

Hasta la irrupción de los nuevos jugadores de Internet y su economía del regalo los economistas distinguían seis posibles posicionamientos respecto a valor y precio, a saber (para no herir la sensibilidad de las empresas de TI pongamos ejemplos del sector del automóvil):

  • Menos valor por mucho menos precio. Un ejemplo podría ser Lada
  • El mismo valor por menos precio. Tal vez Citroën.
  • El mismo valor por el mismo precio. Quizá un exponente de este posicionamiento sea Opel.
  • El mismo valor por más precio. Quien se posicione aquí tendrá serios problemas a corto/medio plazo. 
  • Más valor por el mismo precio. Podría ser Volkswagen.
  • Más valor por más precio. Mercedes-Benz quizá.

La economía del regalo de Internet añade una nueva categoría y un nuevo posicionamiento en la lista: el mismo valor por nada.

Las nuevas empresas de Internet (Google, Twitter, Flickr, Facebook, Skype, Craiglist,...) no repercuten los costes a los usuarios si los mercados pueden sostenerse y cuando no es así cobran lo mínimo posible a sus usuarios. Para ello intentan buscar fuentes de financiación intrínsecas del mercado más allá de lo fácil y obvio: cobrar a sus clientes.

La primera ventaja de este modelo es que en gran medida disuade a la competencia. El modelo es eficiente desde el punto de vista económico al tiempo que unos ingresos directos mínimos o inexistentes hacen que el mercado no resulte demasiado atractivo para la competencia. Lógicamente, estas empresas tampoco pueden vivir del aire por lo que deben buscar financiación por otras vías para complementar el escaso margen de negocio que aportan los usuarios.

La segunda consecuencia de esta forma de hacer negocios es la híper-rotación. Cualquier negocio se determina mediante la ecuación margen x rotación. Si hablásemos de cadenas de moda nos referiríamos a Zara como negocio a bajo margen y alta rotación (vende mucho y con poco margen) o Loewe en el extremo contrario. El modelo basado en la economía del regalo tiene un margen ridículo, en ocasiones cero, por lo que el negocio únicamente es rentable con una rotación tendente al infinito. De ahí que sea tan importante determinar si una determinada red social o un servicio de correo gratuito tiene cien o doscientos millones de usuarios. En este caso, por tanto, el tamaño sí importa y mucho.

La tercera virtud es que se crea un lazo de amistad y confianza entre empresa y cliente.

El cliente sabe que la empresa únicamente le cobrará cuando sea absolutamente necesario para financiar el producto o servicio y que el precio estará acorde con el valor y la experiencia de uso proporcionados. En el resto de ocasiones se intentará que el mercado sea autónomo, que se autofinancie. A su vez, la empresa gana clientes con elevados niveles de fidelidad a la marca.

Claros ejemplos de economía del regalo podrían ser los servicios de correo electrónico de Hotmail o Gmail, las llamadas telefónicas de Skype, los servicios de mapas como Google Maps o Bing Maps, los anuncios clasificados de Craiglist, redes sociales como Facebook o Twitter, servidores de ficheros como Megaupload, servidores de imágenes como Flickr o Picasa, servicios de subastas como eBay o formas de pago como PayPal.

En algunos casos estos negocios buscan la financiación en la publicidad (Hotmail, Gmail, Facebook,...), en otros buscan masa crítica para vender posteriormente sus servicios premium (Skype con las llamadas a teléfonos convencionales), en otros cobran cantidades mínimas en forma de comisión (eBay o PayPal), en otras obtienen conocimiento gratuito de sus usuarios que posteriormente pueden utilizar o vender (Google Analytics),...

A medida que se vaya produciendo la convergencia real de Internet con muchos sectores de la economía se irán poniendo de manifiesto las diferencias a la hora de plantear los negocios. Hace unos días hablábamos del negocio telefónico tradicional vs la voz sobre IP pero después -o en paralelo- vendrán, por ejemplo, las cadenas de televisión and more. Será divertido ver qué modelo triunfa.

¿Más ejemplos de economías del regalo?

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Voz sobre IP, esta vez sí!



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Hace unos meses Google anunció que se convertiría en operador telefónico integrando llamadas de voz desde su cliente de correo web en Gmail. No era nada nuevo, tanto Microsoft como IBM lo venían haciendo desde hace varios años integrando las llamadas de voz dentro de sus respectivos clientes de correo, Outlook y Notes con Communicator (ahora lo llaman Lync) y con Sametime respectivamente.

La novedad en la noticia de Google era que, por fin, después de muchos años de silencio, el mercado de la transmisión de voz sobre protocolos IP comenzaba de nuevo a dar potentes señales de dinamismo.


Primer asalto: VoIP

El problema de la voz sobre IP durante los últimos cinco años es que ya ha habido un intento previo. Hace unos años, al inicio de la década pasada, fueron varias las empresas del mundo de las TI las que, sin mucho éxito, intentaron lanzarse al abordaje del mercado de la transmisión de voz sobre protocolos IP y por tanto a la evolución del negocio tradicional de las llamadas telefónicas.

Se encontraron con varios obstáculos por el camino. El primero de todos es que el modelo de negocio que se proponía no era viable. La propuesta era fundamentalmente económica dado que se planteaba la sustitución de la factura telefónica convencional por una simple tarifa plana de datos sobre la que circularían las llamadas. Las llamadas tendrían coste cero dado que todo iría por la conexión a Internet con tarifa plana.

Pero hete aquí que las compañías telefónicas tradicionales, que veían seriamente amenazado su negocio, hicieron una jugada maestra y plantearon un modelo similar: tarifa plana de voz para todas las llamadas metropolitanas y nacionales. Y de un plumazo adiós a las ventajas competitivas de la voz sobre IP. Ya solo podría ser rentable en el caso de llamadas internacionales, es decir, en un pedacito muy pequeño, demasiado pequeño, del mercado.

El segundo problema es que quien planteaba el cambio tecnológico no era el adecuado para ello. Las nuevas formas de entender el negocio telefónico venían de la mano de Cisco o Avaya quienes lo planteaban como una competición con las centralitas analógicas tradicionales de Ericsson o Alcatel. Pero ni unos ni otros podían arrogarse la potestad de influir en un mercado en el que únicamente tenían funciones de transportistas. Llevado el mundo físico, es como si la compañía logística que gestiona la flota de camiones que transporta la Coca-Cola quisiera influir en los componentes, el sabor y la forma de disfrutar de la bebida.

El tercer problema es que llegaron demasiado pronto al mercado y llegar muy pronto a un mercado puede llegar a ser incluso peor que llegar tarde. El usuario medio de Internet no estaba preparado para hablar desde un softphone en su ordenador, los teléfonos móviles no tenían capacidad ni potencia suficiente y la garantía y calidad de servicio -QoS- en las líneas domésticas, fundamentalmente ADSL, era manifiestamente mejorable.

El cuarto (y creo que último) problema fue la propuesta en sí misma. Se hablaba de migrar a VoIP porque la voz en digital era lo mejor de lo mejor, pero no se daban más razones. No se contaban claramente las ventajas, al margen de supuestos ahorros de coste, y no se hacía porque probablemente el mercado no estaba aún preparado para ello (por el motivo descrito en el tercer problema). Eso era tanto como decir que la ventaja y potencial de la Web reside en el uso de HTML. Nada más lejos de la realidad porque HTML, como VoIP, son un medio y no un fin.

La mezcla era explosiva y el resultado fue que la voz sobre IP, pese a todo lo que vaticinaban las consultoras, ha estado felizmente dormida en el baúl de los recuerdos durante casi un lustro creciendo a un ritmo constante pero pírrico. De hecho, las propias siglas VoIP (Voice over IP) están quemadas comercialmente y ya (casi) nadie las usa en sus propuestas al mercado.

Segundo asalto: Comunicaciones Unificadas

Vaya, ahora la VoIP se ha convertido en UC, de Unified Communications. Y el cambio no es banal porque con ello se ataca directamente al cuarto problema del planteamiento anterior. Ahora la ventaja competitiva de la propuesta no es el uso de protocolos IP sino el poder disponer de mecanismos que unifiquen todos los medios de comunicación, bien sea llamada telefónica de móvil y fijo, FAX, videoconferencia, correo electrónico, pizarra compartida, un ping en un blog, un mensaje en Facebook, un tweet, una aportación en un sitio web,...



Por otra parte, el mercado ya está preparado para la transmisión multimedia sobre Internet. Ya nadie se sorprende por tener que hacer llamadas en Skype, transmisión de vídeo en YouTube, recepción de archivos multimedia en el correo electrónico, gestión remota del PC,... La consumerización de los sistemas corporativos ha ayudado mucho; el usuario se ha acostumbrado a usar y consumir estos servicios en su entorno doméstico con lo que ven la implantación de esta tecnología en las empresas como la evolución natural. Adiós por tanto al tercer problema.

El segundo problema también se ve enormemente mitigado. Quienes ahora hacen propuestas de valor en el mundo de las UC son fundamentalmente Microsoft, IBM, Google y Facebook porque son ellos quienes disponen de la Killer Application de este mercado: el cliente de correo, aunque en el caso de Facebook no es un cliente de correo tradicional sino su red. El cliente de correo se ha convertido en el centro de las comunicaciones unificadas, es el lugar a donde llegan los emails pero también donde parece que se centralizará el control de presencia, la mensajería instantánea, la integración con las centralitas, el inicio de videoconferencias, las redes sociales,...

Ahora quienes proponen el cambio son actores tradicionales en el mercado del software de escritorio y no (dicho con todo el cariño del mundo) transportistas de señales digitales. Tal vez por esto último, y en el afán de no quedarse en la capa de infraestructura, proveedores como Cisco han enriquecido enormemente su oferta con adquisiciones como Tamdberg, líder en el segmento de videoconferencia.

El cuadrante de Gartner sobre comunicaciones unificadas para 2010 sitúa únicamente a Microsoft, Cisco y Avaya en el lado de los líderes, pero es importante tener en cuenta que no aparecen otros actores como FacebookGoogle dado que no disponen de soluciones on promise, únicamente ofrecen sus servicios desde la nube.

Finalmente, se llega al primer problema del modelo anterior. Pero resulta que las operadoras de telefonía tradicional ya han tenido el tiempo necesario para migrar toda su infraestructura interna y sus procesos a redes IP o redes convergentes. Ahora son ellas quienes tienen todo el interés del mundo en hacer que sus clientes migren a comunicaciones unificadas. Por un lado tendrán una fuente de ingresos en los proyectos de transición y por otro podrán pasar de sistemas analógicos a sistemas digitales similares a los que ya usan en sus enlaces de backbone. Podrán plantear proyectos de convergencia en la red de telefonía fija y móvil, llamadas fijo-móvil sobre infraestructura IP, integración de centralitas con el correo, chat, videoconferencia, telepresencia, call centers integrados con las aplicaciones, voz enlatada inteligente... y además lo podrán hacer con infraestructura propia del cliente o desde su nube.

Quizá por ello, el planteamiento de las UC no es hacer las cosas de forma más barata (los fabricantes rara vez hacen referencia a los ahorros de coste, aunque en algunos escenarios los hay y muy claros) sino hacer las cosas de una forma más integrada e integradora permitiendo aumentar los ratios de productividad de las personas y del negocio en su conjunto.

Todo lo que en el modelo VoIP eran debilidades y amenazas se han convertido en fortalezas y oportunidades en el modelo UC.

Cerrando

Los analistas han estado varios años sin decir nada sobre este mercado porque primero hubo que pagar por los informes en los que hablaban de sus bondades... y después hubo que pagar por el informe en el que explicaban por qué se habían equivocado. Pasados unos años, parece que ya piensan que es el momento de retomarlo y probablemente a lo largo de los próximos años asistiremos al despegue definitivo de las comunicaciones unificadas a nivel empresarial.

Con la telefonía tradicional, la fija, se llamaba a un número de teléfono que se asociaba a un lugar. Después llegó la telefonía móvil y ya no se llamaba a un sitio sino a un número que se asociaba a una persona. Ahora llegan las comunicaciones unificadas prometiendo no llamar a un número sino comunicando directamente con la persona de una forma integrada. La comunicación se realiza por el mejor canal disponible en cada momento sin que nadie deba preocuparse de nada.

Hace unos meses leí un artículo muy curioso en TechCrunch en el que se razonaban los motivos por los que el número de teléfono estaba muerto.  Las comunicaciones unificadas permitirán contactar con la persona, bien sea en su número de teléfono fijo, en su móvil, en su email, con un SMS, con un mensaje instantáneo, en su cuenta de Twitter o en su muro de Facebook, y todo ello sin tener que preocuparse de en qué canal está disponible en cada momento. Quizá un pelín exagerado pero no demasiado. En cualquier caso, ahora ya solo falta que la persona quiera que se pueda contactar con ella a cualquier hora y por cualquier medio, pero eso ya es otra historia.

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Cloud Computing: el problema no es técnico, es regulatorio



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¡Este año la nube está de moda! No hay un solo evento técnico en el que no aparezca de alguna forma la nube y pese a que la gran mayoría están de acuerdo en que es económicamente muy ventajosa son pocos los que se atreven a adentrase en ella. La mayor parte de los que no dan el primer paso alegan problemas de seguridad.

Pros y contras del Cloud Computing
¿Problemas de seguridad? ¿Dónde? Cloud Computing utiliza exactamente los mismos mecanismos de cifrado de información que se usan en cualquier servicio de venta online, en las webs de banca, de seguros, en la administración electrónica,...

Decir que Cloud no garantiza la confidencialidad en las comunicaciones sería lo mismo que negar el comercio electrónico en sentido amplio.

Entonces, si los problemas no son de transmisión de la información deben ser los mecanismos de almacenamiento, copias de seguridad, etc. ¿Seguro?

La mayor parte de las veces los proveedores de Cloud utilizan las mismas tecnologías de almacenamiento y salvaguarda de la información que las que usaban antes sus clientes. Y con una ventaja porque las economías de escala les permiten duplicar o triplicar la información en diferentes puntos. Pueden permitirse tener CPDs por todo el mundo aislándose de esa forma de cualquier tipo de imprevisto, incluso de catástrofes naturales.

Entonces, ¿qué problemas técnicos tiene el Cloud? Probablemente ninguno porque a fin de cuentas el cloud no es nada nuevo y sus problemas no son de seguridad, son de confianza.

Es una cuestión de confianza

La séptima enseñanza sobre TI que nos proporciona el escándalo de Wikileaks es que los proveedores de Cloud no son ni mucho menos neutrales. Amazon, el mayor proveedor de Cloud, no tuvo absolutamente ningún rubor para expulsar a Wikileaks alegando que los ataques de DDOS que estaba sufriendo este sitio ponían en riesgo al resto de sus clientes.
Logotipo de Amazon

Una burda justificación teniendo en cuenta que Amazon tiene capacidad más que de sobra para soportar un ataque como ese y mucho más. Los problemas eran éticos por un lado, comerciales por otro (un porcentaje significativo de sus clientes son norteamericanos) y sobre todo políticos (la presión gubernamental debió ser importante).

Wikileaks descubrió en sus carnes la letra pequeña del contrato de Cloud con Amazon porque para incredulidad del mercado resulta que esa posibilidad, la de expulsar a un cliente sin previo aviso y por causas discrecionales del proveedor, estaba ya contemplada en el acuerdo general que Amazon establece con sus clientes.

Cuenta Twitter de WikiLeaks
Pero no acaba ahí la cosa. Hace unas semanas se sabía que el Gobierno de los Estados Unidos había requerido a Twitter la entrega de toda la información personal de la que dispusiese (nombre, dirección, teléfono, fotos, tweets, quienes son sus contactos,...) de todas las cuentas relacionadas con Wikileaks. Según parece, la misma solicitud habría sido enviada a otras redes como Facebook (con más de un millón y medio de amigos de Wikileaks) o buscadores como Google o Bing. Es decir, se solicita y recaba información sobre personas que no están inmersas en ningún procedimiento judicial y que en gran parte no están sujetas a la legislación de quien las solicita lo que añade un puntito de complejidad legal a todo esto.

Con ello se hace especialmente evidente que en los servicios que operan en exclusiva en la nube la privacidad de la información es más que discutible. Y lo peor, no podemos negarnos a dar la información o incluso no acatar el requerimiento judicial por la sencilla razón de que no la tenemos nosotros, la tiene el proveedor de la nube en algún punto around the world.

Está bien, ambos casos están relacionados con un asunto que algunos sienten como un problema de seguridad nacional. Pero para demostrarnos a todos que no es solo en esos casos, hace unos días la Agencia Nacional de Gestión de la Propiedad Intelectual ha clausurado la web rojadirecta.org por realizar retransmisiones deportivas por la web sin disponer de los pertinentes derechos. Entre los partidos retransmitidos había algunos de la NBA o de la NFL.

Bloqueo del FBI en rojadirecta.org

Esta agencia gubernamental no ha tenido ningún miramiento para obligar a la ICANN (organismo que regula Internet y teóricamente imparcial) a modificar los registros DNS de este dominio que, y es muy importante tenerlo en cuenta, no residía en Estados Unidos, no es ilegal en el país en el que opera y no ha tenido ningún requerimiento judicial previo.

Es decir, en este caso la intervención de Internet se produce para defender los, por otra parte legítimos, derechos comerciales de empresas norteamericanas. No se trata de un asunto de fuerza mayor ni de defensa nacional. Es simplemente una actuación para proteger derechos comerciales.

Ergo...

En ese escenario, ¿de verdad se puede confiar y subir datos sensibles a la nube? Tal vez no haya mayor problema si se trata de una empresa pequeña o mediana que no compita en mercados globales y con competidores también globales. Pero si hablamos de grandes corporaciones y aún más de instituciones públicas habrá que tener muy en cuenta el nivel de confianza que se puede esperar de la computación en la nube. Los precedentes de gestión de la disponibilidad y sobre todo privacidad no son precisamente para echar cohetes.

Algunas instituciones públicas plantean la solución al problema mediante la creación de nubes privadas. Sin embargo, salvo que la empresa o administración en cuestión tenga una masa crítica suficiente (y suficiente quiere decir suficiente) crear una cloud privada es hacer cambios para que nada cambie. Invertirá una enorme cantidad de dinero para crear su nube y la mayor ventaja del cloud, la reducción del gasto corriente, no variará absolutamente nada.

Aún con todo hay escenarios donde cloud tiene un encaje perfecto. Aquellos donde se exige grandes capacidades de computación, en periodos de tiempo no constantes y manejando datos no sensibles. Un caso de éxito puede ser Telecinco con la retransmisión del mundial de fútbol por Internet. Para el resto la prudencia obliga a esperar a un mejor clima y sobre todo a que exista una verdadera regulación legal sobre la información independientemente del país donde se ubiquen los servidores.

Satélite en órbita
Por cierto, hace unos meses asistí a una genial presentación en la que el speaker, un miembro del Ejército del Aire, aseguró que él había estado en las nubes y podía certificar de forma concluyente que por más que insistamos, allí no había nada. Su mayor preocupación era donde enchufar los racks asumiendo que alguien encontrase algún mecanismo para sujetarlos. Visto lo visto, parece que antes de poner los enchufes ya hemos puesto algún que otro satélite espía. ;-)

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La miopía empresarial de la SGAE



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La estrategia comercial de la SGAE

[Modo imaginemos On]
Erase una vez un centro comercial cualquiera a las afueras de una ciudad cualquiera, un día cualquiera y a una hora cualquiera. A la salida del centro, justo antes de llegar a los aparcamientos, un nutrido grupo de directivos de CocaCola al alimón con los de Pepsi, aguardaban apostados tras unos setos a los despistados clientes que habían osado comprar bebidas refrescantes de cola de marca blanca.

Cada vez que detectaban a uno de estos incautos clientes le abordaban e increpaban haciéndole saber que el fabricante de esa bebida de marca blanca no había invertido ni un euro en la investigación y desarrollo del producto. Tras ello, le obligaban a pagar una comisión en función del precio de venta de la bebida o bien sería forzado a beber su bebida refrescante de cola de marca blanca mezclada con una abundante dosis de vinagre.
[Modo dejemos de imaginar On]

¿A alguien le cabe la más mínima duda de que ninguno de esos clientes volverá a comprar producto alguno de CocaCola o Pepsi? Probablemente, muchos de ellos preferirán pasar sed o beber un jarabe antimucolítico antes de hacer que uno solo de sus euros vaya a parar a los bolsillos de los directivos de esas marcas.

Está bien, es cierto, no son cosas comparables en sentido estricto. En un caso se trata de hechos delictivos (piratear contenidos digitales) y en el otro solo copiar productos establecidos mediante marcas blancas. Pero lo cierto es que lo único que los diferencia es que el primer caso está castigado por la ley y el segundo, en ocasiones, no. Y no es que la ley sea algo banal, es simplemente que la regulación legal es variable y se demuestra porque no ha sido igual en cualquier momento del tiempo ni lo es en función del país en el que se produzca el hecho. Muy en el fondo, en ambos casos se trata de que un tercero hace uso del desarrollo de producto de su creador sin autorización expresa obteniendo un beneficio de ello.

Da igual si SGAE, CEDRO, VEGAP, DAMA o cualquier otra sociedad de gestión de derechos tiene razón o no protegiendo sus creaciones. No es viable que sigan tratando a sus potenciales clientes como potenciales delincuentes, porque llegará el día en que se den cuenta de que se han quedado sin eso, sin clientes. No serán ni tan siquiera potenciales.

No es lógico que sigan persiguiendo a sus clientes con cánones indiscriminados e incluso amenazando -como ya ocurre en otros países como Francia- con cortar el acceso a Internet a quien descargue contenidos protegidos por derechos de autor. Muchos de sus clientes pertenecen a la generación Y (nacidos entre 1982 y 1992) o son nativos digitales (1993-2004) y una de sus características fundamentales es que pasan al menos 20 horas semanales en Internet. Para ellos no disponer de Internet es lo más parecido a estar encarcelados.

Propiciar que tus potenciales clientes sientan que están presos por tu culpa, independiente de quien tiene razón, es un comportamiento propio de organizaciones empresarial y económicamente muy poco inteligentes. Porque si fueran un poco inteligentes podrían convertir una amenaza, por ejemplo las redes de intercambio P2P, en una oportunidad. Bien utilizada, una red P2P es una forma de publicitar y vender con una capacidad de llegada como ningún otra.

El ancla

Pero entonces, ¿qué pueden hacer las sociedades de gestión de derechos de autor?

Los economistas hablan del ancla como el sistema de referencia innato de los consumidores que les permite determinar en una fracción de segundo si un producto es caro o barato. El consumidor compara instintivamente el precio del producto con el ancla (precio de referencia) y determina sobre la marcha si el precio es acorde a lo esperado o no.

Para desgracia de las sociedades de gestión de derechos, la piratería ha dejado el ancla en valores muy bajos. Demasiado bajos para ellos. Estas sociedades intentan imponer un nuevo ancla por la fuerza pero lo que no saben es que todos los estudiosos en la materia aseguran que el ancla es tremendamente difícil de variar, y más si es al alza. Una vez que se ubica ya no cambia. Eso es algo sobre lo que, le guste o no a la SGAE, ya no puede influir.

Por tanto, para conseguir que sus asociados sigan ganando dinero deben influir sobre los costes de fabricación en sentido amplio. El siguiente gráfico muestra el reparto de beneficios aproximado de la venta de un CD musical.

Se observa que la mayor parte de los ingresos de la venta de un contenido digital se lo reparten entre el punto de venta y la firma discográfica. El dueño de los derechos de autor se lleva un importe pírrico, inferior al 5%. Y aquí es donde entra en escena Internet.

Internet es, sin duda, el mayor des-intermediador jamás inventado por el ser humano. Es capaz de fulminar a los intermediarios que no aportan valor a la cadena con una facilidad y rapidez increíble y es ahí donde deberían incidir las asociaciones de gestión de derechos digitales para mantener vivo su negocio.

El siguiente gráfico muestra a las claras como Internet es capaz de eliminar de un plumazo gran parte de los costes del modelo actual de producción de medios digitales bien sean juegos, películas, música, fotos, libros,...

Fuente: 222 claves para hacer Negocios en Internet
Todos los costes de distribución, producción, promoción, marketing, punto de venta pueden ser prácticamente suprimidos o reducidos a su mínima expresión. Y eliminando todos esos costes se puede cumplir la ecuación necesaria para que el autor gane dinero sin superar el ancla de referencia que se ha creado en este mercado.

La SGAE y el resto de sociedades de gestión de derechos digitales parece que aún no se han dado cuenta de ello y siguen manteniendo a sus asociados en la era Pre-Internet, como esclavos de las casas discográficas, las editoriales, las productoras,... Y no se dan cuenta de que hay otros más avezados como Apple con su iTunes, Microsoft con Zune o Google con Google Music que comienzan a vender sin muchos de sus costes de producción.

Tan pronto como los autores se den cuenta de que están defendiendo un modelo que no es precisamente a ellos a quien más beneficia, me temo que muchas de estas sociedades de gestión se quedarán sin asociados. Y hay que recordar que tampoco tienen ya muchos amigos entre los clientes.

C'est fini

Lo más importante es entender que la SGAE se equivoca con su estrategia. Da igual si tiene razón o no; lo importante es que con esa forma de hacer se dirige directa al abismo. Internet abre la puerta a un nuevo modelo en el que los costes de fabricación se acortan de tal modo que la piratería simplemente no existe, por el mero hecho de que no hay grandes márgenes entre el precio del producto legal y el precio del producto pirata. Y esa reducción de márgenes no se hace sobre los ingresos del autor sino sobre los costes de los intermediarios. Esta es la base del exitoso modelo de negocio de la Apple Store: precios muy bajos y sin intermediarios.

Las sociedades de gestión de derechos son probablemente las asociaciones más odiadas. De hecho, en el caso de la SGAE es probable que solo sea superada por el sindicato de controladores aéreos. ¿De verdad quieren ser eso? Si es así, adelante, van por buen camino.

Houston, Houston, we have a problem. Si hay alguien de McKinsey, Accenture, PriceDeloitte o similar que nos escuche, por favor, que le vendan un plan de negocio (y viabilidad) a la SGAE. Ella aún no lo sabe pero lo necesita. Y los demás seremos mucho más felices sin tanto canon ni tanta ley regulando lo irregulable.

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